
Confesiones de Whisky y literatura
Mi primer trago de whisky me lo proveyó mi hermano mayor: él tenía unos veinte años, yo unos quince; y el Lagavulin, dieciséis. Fue en una boda de un familiar y el tortazo en mis papilas gustativas sería inolvidable, mi lengua de crío no alcanzaba a entender la causa de una bebida tan amarga y abrasiva. Mientras crecía mi afición por el whisky, siempre apadrinada … Continúa leyendo Confesiones de Whisky y literatura