La noche de Reyes no se debe salir, el sentido de la fiesta reside en dejar porciones de roscón para que los tres monarcas de la felicidad, junto a pajes y camellos, repongan fuerzas y logren llegar a tiempo a todos los hogares. Intento no mirar mucho el móvil en este periodo de ilusión en familia, pero un buen amigo ha tenido el detalle de no dejarme caer en el abismo de la desinformación y recibo mi primer regalito: Novak Djokovic podría ser expulsado de Australia por no estar vacunado.
En el tenis, para los grandes admiradores tanto de la belleza de Federer como de la tenacidad de Nadal, el buenismo y la corrección del serbio, fiel a los cánones reinantes en nuestro tiempo, siempre nos ha transmitido rechazo. Él es alguien especial, digamos que difícil de entender, no ha contado con tanto apoyo de afición y compañeros como sus principales competidores, pero siempre se ha mantenido al amparo del sistema. Es por esto que ha sorprendido tanto su firme oposición al delirio pandémico.
Al margen de juzgar lo correcto o erróneo de su decisión, quizá deberíamos plantearnos los límites del control social impuesto recientemente, si se han tomado medidas abusivas limitando libertades individuales. Estamos hablando de una persona que es detenida en un país sin motivos que lo justifiquen: se trata de un ciudadano sano, que no ha cometido ningún delito; ni siquiera está demostrado que tenga más probabilidad de poner en peligro a alguien que cualquier vacunado. Ha sido tratado como el mayor criminal, y con el respaldo de la soberanía de un país, utilizándola de forma que difiere bastante de las leyes morales por las que muchos, a este lado de la historia, nos regimos.
A esta Navidad ya se le advierte el final, y siento que hemos cumplido el objetivo, que hemos sido capaces de reconciliarnos con el diferente. En estos tiempos convulsos, y aun arriesgándose a ser condenado al ostracismo, alguien con cuyas ideas no me sentía identificado es ahora quien abandera nuestra lucha. Gracias, Novak, por bajar de tu atalaya y negarte a formar parte de este manicomio al que llamamos actualidad.
Esta noche Nole ha firmado una victoria contundente en la pista central de nuestros corazones, peleando por el Grand Slam de la libertad